martes, agosto 16, 2005

dientes

estaba en un hotel antiguo que tenía una distribución parecida a la de la casa de callao y melo, así, con todos los cuartos a la calle, puertas que los comunicaban directamente y un pasillo que lo unía a todos. tenía mucho miedo y me molestaba algo en los dientes, entonces me sacaba un alambre enorme de un costado de la boca, y encontraba otro atrás de mis dientes de adelante.
de pronto descubría que hacía más de una década que tenía aparatos fijos y no me había dado cuenta, como si el dentista los hubiera dejado sin decirme a los trece, cuando terminé con la ortodoncia.
además, las luces no andaban, entonces la iba a buscar a ani para que me ayudara y cuando ella entraba a mi dormitorio todas las lámparas estaban prendidas.

me desperté con un dolor terrible en la mandíbula. parece que de vuelta estoy apretando los dientes cuando duermo.

2 comentarios:

palíndromes dijo...

Ay, lau! cómo te entiendo... no dejés que la ortodoncia interfiera en tu vida.
te lo digo yo, que ya estoy recuperada, pues me deshice de fierrito. Ya está! ya no hay histéria entre nosotros. es más, creo que murió.

istu dijo...

como si uno esperara a dormir para poder olvidarse de tener la boca quieta y poder masticársela tranquilo.