jueves, agosto 11, 2005

crímenes perfectos

la alfombra quedó escurriéndose en la bañadera hasta la mañana.

quise aprovechar el sol y tenderla en el patio. la levanté, pero seguía chorreando agua por todos lados, imposible atravesar el living sin mojar todo y cargando con tanto peso.

la enrosqué y decidí pasarla por la ventana, para eso me metí en la bañadera con las pantuflas de toalla. la dejé así, con la mitad del lado del baño y la otra del lado de afuera y corrí al patio.
error: las pantuflas de toalla mojadas sobre el piso encerado el día anterior no son la superficie indicada para correr.
así que preferí patinar.

patiné hasta la cocina, me agarré de la mesada y logré llegar al patio.

luché un rato con la alfombra, como en esas películas en que tienen que mover un cadáver y se les cae, no pasa por la puerta, se tropiezan y terminan exhaustos, sucios y despeinados.

volví al baño, limpié los rastros de barro que habían quedado en mi camino al éxito, me bañé, me vestí y salí, impecable, como si nada hubiera pasado.

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