lunes, mayo 29, 2006

definitivamente, odio los lunes.

lucho me dejó unos virginia slims, que me parecen bastante desagradables, con esa cosa de "cigarrillo de mina", pero medio grasa. no sé. cómo vas a fumar eso, claro, eso díría de alguien que los fumara en serio, pero como sólo me los fui fumando desesperadamente a lo largo de la madrugada mientras escribía con un teclado demente que ponía "sd" en lugar de "s" y "xc" y "we" en vez de "c" y "e" respectivamente, ya me daba lo mismo cualquier cosa.

este fin de semana no existió, me gustaría por favor que me lo devuelvan, y rápido porque estoy cansada. no sé si alguien lo vio, o si se lo quedaron los futuristas o tal vez los simbolistas, pero de descanso y diversión tuvo bastante poco.

sólo estudiar y comer sin parar. comida china, japonesa, tortas, empanadas, ravioles de salmón en tinta de calamar, chocolinas.

cumpleaños y almuerzos con la familia viernes y domingo.

y la sensación de cosas pendientes que se van acumulando y acumulando en tu cabeza a lo largo de cada día.

mucho sueño

me duermo sentada frente a la máquina. ya intenté apoyar los brazos en el escritorio y la cabeza arriba, pero no puedo dormir acá. ayer escribí una pregunta de un examen y a las cuatro de la mañana se me borró una parte. volvi a escribirlo con la sensación de que nunca iba a quedar igual, pero no importaba porque ninguna de las dos veces fue una genialidad lo que hice. a las cinco encontré el documento recuperado. no eran iguales claro, pero ninguna era mejor que nada.
me fui a dormir por tres horas y media.

hace unos días soñé con vos, juli, habías venido a bs as sin avisar, yo volvía de una institución judía donde iba a hacer un curso y te veía a vos sentada en una mesa de un bar, en una avenida, chapando de incógnito con nico mateo.
fue la misma noche en la que soñé que iba caminado por san telmo en short y cargando el banco de mi piano y me encontraba a pablo y la orquesta tocando en una plaza de la boca donde un enero vi a los bomberos voluntarios disfrazados de reyes magos repartiendo regalos.

martes, mayo 23, 2006

cinco minutos

todo el tiempo deberías estar haciendo algo, así, vas a estar toda la tarde cargando la comida de los gatos y una cera para el piso, buscando una cerrajería para hacer esas copias de las llaves que nunca hacés, mientras pensás cómo vas a empezar la respuesta a las preguntas del parcial. por más en vano que sea, ponés el despertador una hora antes cada mañana, a ver si llegás a desgrabar algo del casete o corrés en la cinta o, no sé, simplemente te quedás mirando el techo, pensando que hace frío y estás cansada y qué fiaca salir de la cama calentita, correr al caloventor, encenderlo, poner la tele, ver la temperatura y empezar a pensar en el té, el baño y la ropa que te podés poner porque, ¿cómo habrás pasado el último invierno? ¿qué se ponía uno? remera, polera, sweater y abrigo negro, aprender a abrigarse otra vez, cada año. la ropa cuelga en el patio, pero ni da sacarla. algo te dio alergia y pica la cara. se acabo el alimento de los gatos, se acabaron las piedritas sanitarias, se acabó el papel higiénico. qué importa. tampoco hay queso ni galletitas, ni yerba para el mate. hay té. té verde y té de miel, té de jazmín, común, de menta, de boldo, de hierbas varias y té de vainilla.

en estos días casi todo es leer.
corregir la revista, leer para el examen, leer el libro para la tutoría, leer los poemas de las chicas para el miércoles.

y escribir escribir escribir escribir.

magical mystery tour

después de algunas horas en auto, cuatro argentinas, un esloveno, llegamos al hotel.
aprendí a decir gato, pero no me sale muy bien, mutchka, había uno blanco y negro en el estacionamiento. su pelo se parecía a mi cartera. nos cambiamos y fuimos al lugar de la lectura, miguel ya estaba ahí, sentado con una cerveza.
un bar, luz blanca, pizza. se fue llenando de gente, varias mesas grandes.
un micrófono.
leímos, leyeron. después las mesas se corrieron, y la luz blanca cambió por muchos colores intermitentes. bailamos a lo loco. cualquier cosa, todo. cantando lo que sabíamos y lo que no. con mucha cerveza y cerveza de por medio. después, dos bares, berlín y luna, todo era cerca, creo. había una carpa en la calle. la noche era para reírse. hasta casi pelear con unos pibes en el tercer lugar donde terminamos.

y más tarde, buscar los libros que había dejado olvidados y perderse borrachos por las calles de una ciudad casi desconocida.



***

¿bajamos a desayunar? escucho una voz que me dice, pero no sé dónde estoy. rosario, mucho sol en la habitación. dale vamos, abro los ojos, me duele la cabeza, ya recordé. me visto con el pijama abajo, si ese short puede llamarse pijama, no sé. café con leche y medialunas. saco el pasaje. almuerzo sola en el macdonalds de la terminal, tiene una terracita al sol, el día se siente bien a pesar de la resaca. agua mineral y alfajores para mi jefe.
las ventanas del micro son enormes, afuera están todos los colores, árboles en pleno proceso de otoño, todos los naranjas, amarillos, beiges, marrones.

y todos todos los verdes.

no puedo dormir con tanto para ver, acá y allá algunas manchitas rojas de los plumeritos y los tomatitos venenosos. así les decíamos en la quinta, mi hermana más grande se comió uno pero no le pasó nada. tuvimos miedo y le dolió la panza, igual no le contamos a nadie.

los mejores son esos árboles que tienen las hojas verdes pero ya rojizas en la punta, como un pájaro raro de plumas tornasoladas.

carla bruni, calamaro, nick drake.

todo brilla hoy.

miércoles, mayo 17, 2006

plato del día

estoy tan cansada todo el tiempo.

salgo sin campera a buscar mi almuerzo. no hace frío y me gusta ver el brillo de las calles en esta época del año.

todo está como dormido. pero soy yo. la realidad es que las cosas siguen igual, los autos, el tipo que me vende la comida, los negocios abiertos.

cambio el menú a ver qué pasa, sorrentinos integrales de ricota y verdura. en el microondas son una masa cuadrada que conserva la forma de la bandeja que los contenía. y siguen igual ante el calor, un bloque de color indefinido, grisáceo, con su salsa roja encima.


todos los mediodías como lo mismo y no me aburro -arroz integral, tomate, zanahoria, atún y huevo.

lo que me aburre está en otra parte.

moet chandon

cuando todo terminó, después de las copas de vino y los canapés, subimos las cosas para ir hacia lo de julia.
nuevo mensaje de voz:
“allá deben ser las seis de la tarde, acá, en parís, son las diez. ya estamos por abrir el champagne para brindar como si estuviéramos en la presentación, ojalá que todo salga lindo, te queremos mucho y te extrañamos, elen te manda un beso enorme”, decía mi papá en el teléfono.

unos minutos antes, yo creí escuchar su voz entre la gente, lo busqué entre las caras conocidas, lo imaginé brindando y charlando con mis amigos, como siempre.

lunes, mayo 15, 2006

el asadito

sábado en lo de maris.
estoy tranquila.
llevo en mi mochila un pategrás, un leberwust, tostadas con orégano, un filadelfia y una coca light en la mano.
podría irme a un campo y extender un mantel a cuadros, pero el plan es terraza.

el día está claro y luminoso, puedo ver a través como si todo fuera celeste y amarillo.


me siento en una lugar que conservo todo el mediodía.

charlamos. comemos. fumamos.

y vuelve una tristeza muy grande otra vez. me quiero ir y me quiero quedar. me pregunto cuándo va a terminar el choque de planetas.

me voy casi primera.

al menos hay sol y algunas cosas quedan mientras me pongo los anteojos negros en el 39 hasta casa.

hoy, lunes

Gog y Magog ediciones presenta:


Metulji/mariposas, de Brane Mozetič
Impresos en rojo, de Karina Macció
Antología de poesía eslovena contemporánea

Músicos invitados: Quatre M, música antigua.

Lunes 15 de mayo 19hs.
Sala Solidaridad, Centro Cultural de la Cooperación
Corrientes 1543

jueves, mayo 11, 2006

lo que queda de ayer

ayer en el malba presentación de un libro. tocaba alvy singer. una cerveza antes de entrar, copas de vino al salir. alvy y su mini van fueron la señal de que todo podía estar mejor al menos un rato. me reí mucho. mai y sol se fueron, me quedé esperando a ani. caminamos y subimos al 110. en una de esas parrillas pasillo medio trash, con varios tipos mirando un partido y haciendo "uuuuh" "ooooh" con cada jugada, cenamos bondiola, cerveza y papas fritas. increíble, volvería una y otra vez. por ahí el miércoles que viene. no sé.
llegamos al lugar y estamos en la lista, bicicletas ya empezó. ani compra un balde de cerveza, parece que nunca baja, siempre se ve lleno, pero es mentira, lo juro, mi dolor de cabeza de hoy da pruebas de eso. hablamos con amigos. el tema se repite. sol en el malba contando que alvy hizo el disco porque su novia le rompió el corazón, que es verdad, posta. yo sugiero que por ahí él era un jodido igual. finalmente no se entiende por qué, pero siempre te gustan los que están arriba del escenario. a mí no me importa, yo no quiero, andá a cantarle tu cancioncita a otro. aunque no valga generalizar.
después, horas más tarde, un amigo dice: me separé, los músicos somos tremendos.
sí, es verdad, le contesto, pero yo también soy difícil.

a la salida, todos siguen charlando alrededor de un auto, dudamos si seguir en otro lado. por suerte, me queda un pequeño resto de sentido común después del segundo balde de cerveza. vamos ani, es cualquiera ya.
en casa, té con porteñitas y la cama con las sábanas recién puestas. elijo un disco, los covers de calamaro en el salmón, suena como adentro de un frasco, intento con bowie, pero también está encerrado en algun lugar chiquito y lejano. podría ser mi cabeza. pero creo que no, que es mi equipo que se retiró de las pistas. aunque en mi cabeza hoy todo suena parecido.

minutos después, sueño con el trabajo.

y me levanto cantando un tema que escuché ayer.

miércoles, mayo 10, 2006

miércoles

tal vez nunca tengo nada qué decir acá, pero escribo igual. a veces, a veces no. hoy estoy básicamente aburrida y maravillada con el sol que entra por la ventana. no parece mayo, eso dicen el noticiero "otra noche templada, bastante cálida para este mes de mayo". ojalá te dure. odio el invierno. el desorden en la oficina me está superando y no tengo fuerzas para hacer algo en contra de eso. en mi casa es distinto, llevé ropa a la tintorería, me compré una caja para las bufandas, regalé toda la ropa que no uso.
igual me siento perdida.
pero por algún lugar hay que empezar.
en la cena de ayer, bien dos de seis. buenas noticias. cosas lindas. y locuras varias: que me habló un poco frío por msn, que mañana me tomo un café con mi ex, que le puse un ultimatum a mi novio y no reacciona, que no sé ni lo que me pasa pero estoy triste.
no me banco sex in the city, no lo soporto, pero las cenas con mis amigas son algo increíble.
ya lo dije.
y lo volveré a decir.

martes, mayo 09, 2006

llamado a la solidaridad

se necesita con suma urgencia alguien que venga a mi casa y se coma el medio pan cremona que me queda antes de que me muera de acidez.

de frente

después de llorar todo el día, merendás en un bar de palermo con tus tías y tu prima que cumple 15. te toca la cabecera. ¿querés comer algo? ¿una torta? ¿un tostado? no, no, no tengo hambre, gracias, te diría que tengo una angustia que apenas me deja respirar, pero no es un buen tópico para un cumpleaños. mejor hablemos de que si le ponés hielo a las gerberas duran más tiempo, o de qué vestido vamos a usar en la fiesta.
tenés los ojos rojos, ¿estás bien?
sí, sí, pero no fue el mejor día de mi vida.
caminás por canning y entrás a un locutorio. hace unos años hablaste desde ahí y al lado había un actor famoso, pero no te acordás el nombre, uno que se parece a horacio gonzález. pero hoy no está, levantás el tubo: hola, tuve un día nefasto, quería charlar un rato.
así veinte minutos, con el saco y la mochila puestos, en ese cuartito sin poder fumar ni un cigarrillo.
después el 141 lleno, un pibe escribe una monografía, no entendés cómo alguien puede escribir una monografía en un colectivo. entrás al aula y tu compañera de la secundaria da una clase sobre trotsky.
el profesor comenta que puede ser que tu apellido venga de amor, pero que lo más probable es que sea de frente, no de frente de batalla, de frente de la cabeza.
intento de rescatar la leyenda familiar, ¿pero no podría ser que la raíz fuera la de amor y que lo confundieron al llegar a la argentina y le cambiaron iu por o?
sí sí, puede ser también.
en casa, un mensaje de tu mamá, es sábado a las 3 de la mañana y llora: leo todo el tiempo lo que me diste, me emociona, me encanta, te quiero felicitar y decirte que te quiero mucho.
la llamás y te dice: no te pongas mal, todo esto te va a traer suerte, los eslavos, los eslovenos, todo va a estar bien. además, a mí me parece mejor frente que amor.

lunes, mayo 08, 2006

un barco llevándome

este fue mi cuarto. uno de los cuartos de la adolescencia.
es el más lindo, el de la esquina. si me doy vuelta veo las copas de los árboles, las hojas marrones, amarillas, naranjas, las ramas casi peladas. un tipo arregla una luz de la plaza con una de esas mini grúas.
la casa está vacía y llena de cosas usadas. ceniceros con muchas colillas, cajas de pizza, la pava, el mate.
una campera de mi hermano, los anteojos de mi hermana, cosas de sus amigos, revistas, todo en la que fue mi cama.

vi las fotos de mi fiesta de quince. horrible y no tanto. vestido blanco, pelo larguísimo, unos bucles, mis hermanos hace trece años, mis viejos hace trece años. mi abuela irma, el zeide.
mi amigos hace trece años, y ahora que los veo, sí, es verdad, ya tenemos casi treinta y se nota.
el anuario de quinto año, las biografías, los compañeros que no recordaba. la idea, tal vez falsa, de que ahí todavía podría haber hecho las cosas de otra manera, de una en la que no tuviera la sensación de algo mal hecho permanentemente. esa tranquilidad que yo no encuentro, que perdí hace un tiempo.
y pienso eso y suena manu chao, hacía años que no escuchaba esta canción, era nuestra preferida en europa, minha maconia, minia vagabunda, minha querida, minha valeria, minha torcida, minha flamenga, minha cadeira... la había anotado en un cuaderno.
ahora, llegan como fotos, la playa de siracusa, el viento viene el viento se va, el mar azul azul azul, el departamento en praga, los hongos, el gusto a humedad, un tren hacia algún lado.

un tren que sube a un barco y cruza.

canción, llevame lejos, donde nadie se acuerde de mí

domingo a la noche de un fin de semana que se me escapó, no sé cómo, pasó así, rápido, mientras miraba el baile de las hojas en la vereda.

el viernes fueron cuatro bloody marys en un bar con amigas antes de quedarme dormida mirando el padrino.

y ahora que tengo agua caliente en el calefón y no puedo escribir canciones de amor, lleno la bañadera y el sábado es un largo estar en el agua, hervirme las plantas de los pies, sacarlas a respirar y apoyarlas en los azulejos fríos. cantar en el vapor, pintarme las uñas.

a la noche corro al luna park. miles de jóvenes en el recital de babasónicos, las chicas gritan, todos saltan. nosotras nos sentamos arriba, muy arriba, casi me mareo al subir. vemos los movimientos, las luces de los celulares, el espacio totalmente completo de gente.

otro bloody mary.

bailamos mucho en una fiesta en palermo. hay un jonhy walker etiqueta negra, pasan morrisey, madonna, mia, no sé, cosas que quiero bailar. la fiesta termina y me tomo un taxi. todo se oscurece, me bajo llorando y me voy a la cama con un té verde y unos pedazos de cremona con queso blanco y miel.

y ahora que ya pasó casi lo peor y el domingo, estoy acá sola porque no tuve ganas de volver hasta monserrat, una vez más, pienso que por suerte no tengo banda ancha en casa y que todas las sombras de ayer a la noche se fueron desdibujando por la mañana hasta casi desaparecer mientras almorzaba un plato de ravioles con sol y nati.

y la torta de mousse de la tarde, el libro de ponge y el de eliot en dos cuotas, los tres culottes a rayas, la tarde con mis hermanos, maia feliz a la vuelta de su viaje a rosario.