martes, enero 31, 2006

nabidad y enanillo

ani llegó hace un rato y tomi viene alrededor de las once.

y no sé si ir a lo del maris, porque los extrañé mucho, no veo la hora de verlos a los dos.
además, sé que voy a tener frío en la terraza.

mientras, el día se va nublando y mi ánimo igual.


la virgen de los colores me mintió esta mañana, estaba azul azul y debería haber estado, como mínimo, lila.
la remota posibilidad que tenía de llegar a creer en dios acaba de desaparecer.

última cuenta regresiva

conocer la cabaña amarilla o la rosa, que sea cerca del mar, despertarse, salir a la playa, tomar una caipirinha, leer una novela, hacer fiaca, dormir la siesta, correr al agua, llenarse los pies de arena.

que la lona siempre me quede arrugada, que me queden marcas del protector mal puesto, que se me llene la cama de arena.
que me piquen los mosquitos, las aguas vivas, que el viento me haga nudos imposibles de deshacer en el pelo, que se me pele la espalda, que la piel me tire, que el buquebus me balancee.


falta poco

quiero que estemos ya ahí.

lunes, enero 30, 2006

la nona

ayer, le dijo su abuela a caro:

"si no tenés novio es porque no querés,
cuando encuentres un hombre que te quiera, vos cerrá los ojos y listo."

balance

la frase que más dije en este año:

"¿dónde mierda dejé las llaves?"

qué significa un año de blog

la semana pasada cumplí un año de blog.

no lo festejé, pero ese día lo recordé.
un año desde que volví de brasil.
pensaba cerrarlo después de este plazo, pero ahora no sé, cada vez me cuesta más escribir acá. es que estoy cansada. sueño con las vacaciones.
me voy a uruguay. quiero estar así, playa, tranquila, tirada sin nada qué hacer.

también, por momentos, sueño con un blog otro, que nadie lea, donde escribir todo todo todo.
y me digo cada vez que para eso está el word, o la libretita o algo, no sé.
me atrae este formato.
creo que porque es medio como hablar con alguien pero no tanto, sobre todo si nadie lo lee.
es como algunas noches cuando estoy borracha, nunca hablé frente al espejo, nunca ensayé una conversación, pero cuando estoy borracha en un baño me miro y me hablo a mí misma, me reto, me doy ánimos o me quejo.

caro se fue hoy, ayer pasamos todo el día con ella en quilmes, un día en la vida de caro. el tren me dio miedo. había unos pibes que se subían al techo y gritaban. me quería bajar, pero no daba bajar en cualquier lado. me quedé muy triste y llegué tarde a mi casa. tuve pesadillas con el trabajo, tuve pesadillas con pablo, soñé en inglés, me desperté muerta de frío con la ventana abierta y el ventilador al máximo.

me abrigué y tengo calor.


si tuviera otro blog tal vez sería más así. el lado b, el del mal humor, sin pensar, sin corregir, sin tratar de que todo parezca lindo.

viernes, enero 20, 2006

una vez más

quise vestirme un poco más laboral hoy.

pollera negra por las rodillas, remerita y sandalias.

¿por qué no? un día de seriedad que es casi como un chiste.



nunca encontré la sandalia derecha.

nunca.


acá estoy, despeinada y con zapatos plateados.

trámites

(ayer fui a sacar el dni.

a la tarde, escribí sobre eso, pero estaba muy dormida así que no sé dóndé está ni me acuerdo cómo era.)

sonó el despertador-celular. me levanté, me bañé y me vestí rápido.

bajé del taxi justo donde terminaba la cola.

noche.

me senté en el suelo, adelante, dos chicas y dos chicos de dieciséis años tomaban mate y comían galletitas.

pedí un café con leche al cafetero.

atrás, un adolescente de rulos acompañado por su novia pelirroja que se iba durmiendo, los dos con ojotas blancas.

el de rulos y yo intentábamos leer con muy poca luz.

a las seis menos cuarto nos repartieron los números, la cola ya seguía muy larga detrás mío. pasamos a una sala, nos explicaron que recién comenzaban a atender a las ocho.

más café con leche en el bar de la esquina, cansada de leer, observo a la gente que está en el bar y en la pantalla de crónica.

a las ocho cruzo.

a las diez termino.


cruzo la avenida el sol brilla alto, tengo sueño y un documento en trámite.

miércoles, enero 11, 2006

tormenta en la ruta

es viernes a la noche.
nos encontramos en la puerta de lo de sol.

hace un calor insoportable.

esperamos a que ella y maru vuelvan del súper con las compras. después, distribuimos las bolsas y a nosotros en los autos y salimos en caravana hacia dolores.

somos trece personas en cuatro autos.

apenas salimos a la ruta, empiezan los relámpagos.

son enormes y aclaran el cielo. hay nubes por todos lados.

minutos más tarde empieza la lluvia.

y va aumentando. y se hace cada vez más fuerte.

cierro los ojos y me quedo en silencio.
pero la luz me llega igual, a través de los párpados siento el reflejo de cada rayo.

tengo miedo.

un rato después dejamos atrás la tormenta. llamamos al campo y allá no llueve.

cenamos pastas en chascomús, mesa larga y relatos de los viajes de cada auto.
sí, hubo gritos y llantos.

tomamos café y partimos.

los relámpagos siguen a lo lejos.

ya no llueve.

y adelante se ve una estrella.

casita

el viernes me fui antes del trabajo.
porque sí.
porque es enero y no pasa nada y entonces elijo no almorzar y fugarme a las cuatro y media.
tomo un taxi con aire acondicionado, llego a casa, armo la mochila y voy a merendar con juli.
despedida.
simi, die y yo armamos unas cosas deformes con los daki. no veía un daki desde hace veinte años. siguen siendo iguales, yo siempre los odié un poco, porque no podés construir nada que tenga forma de algo. además son muy fosforescentes. y los tengo asociados a un día que siempre recuerdo. yo estaba en la piecita azul, en lo del zeide y había un nene español, no sé quién era, pero estábamos jugando con los daki.
llegaron los grandes.
“¿qué armaron?”, preguntó alguien.

claro, cómo no iban a preguntar si con esos cosos no se entendía nada lo que habías hecho.

“un bocadillo”, dijo el nene.

“¿y vos?”

“una casilla”, dije yo.

y todos se rieron.

y los odié.

jueves, enero 05, 2006

detrás de un vidrio

ayer llegué a lo de la abuela y subí.

toqué el timbre arriba y esperé.
me quedé ahí, quieta en el palier de entrada que vi mil veces, escuchando apenas vibración del vidrio esmerilado que lo separa del living.
otra vez el timbre, ese sonido que siempre me encantó de chica.

si ponés una mano sobre el vidrio ya no tiembla.

está flojo para que no se raje.

silencio.

me preocupo y busco el celular. adentro, escucho el teléfono.
mi abuela atiende desde la piecita azul, la del fondo. está viendo la tele, pensó que nos encontrábamos el jueves.

me abre. le traje unos aros lindísimos. se los prueba y se los deja hasta que lleguen las chicas, así se los muestra.

después llegan pau, maia y ceci.
charlamos mucho, la abuela nos cuenta como fue su compromiso.

"ahí te ponías el anillo, había fiesta con cena, baile, todo. yo me había hecho un vestido verde, precioso, no sé por qué no lo guardé, todo bordado... y bueno, al año me casé con salo. pero era así, había que hacer todas esas cosas, no como ahora. igual yo no estuve mucho tiempo de novia antes."

más tarde vamos al velorio del abuelo de meli. loyola y algo, en mi cabeza no quiere decir nada hasta que alguien dice "y darwin".

y sí, es ahí, en el mismo lugar donde velaron a salo y supongo que a muchísimos otros zeides. vuelvo a subir la escalera y a ver esos azulejos medio de hospital, abajo está el bar, en la esquina hay una pizzería, ¿no? ¿dónde era la pizzería?

hacía frío, yo tenía el saco marrón y lloraba frente a una pizzería, estoy segura, pablo intentaba explicarme que no estaba de acuerdo con los velorios y yo no entendía de qué me hablaba, por qué se quería ir.

nos quedamos charlando arriba, somos muchas, como siempre. mis amigas.
"yo ya estuve acá", dice juli.

salimos y tomamos un taxi. llego a lo de darío bastante triste, todo se mezcló, mi abuela que no contestaba el timbre, su compromiso con el zeide, el abuelo de meli, el lugar de los velorios de amia, la abuela de meli sentada con sus amigas, triste pero fuerte, la sensación horrible de que algún día no voy a volver a escuchar el zumbido del vidrio esmerilado.

martes, enero 03, 2006

la receta perfecta

primer cena de chicas del año.

amigas, cantidad necesaria.

terraza, una.

noche de verano, una.

champagne y ensalada o elemento de picada, uno cada dos.

lunes, enero 02, 2006

me arde

en el mar había unas aguas vivas chiquitas chiquitas, apenas visibles, como pequeños puntos de gelatina.

no las sentías cuando estabas adentro del agua, pero al salir...

finde

llegué a gesell a las nueve de la noche.

mamá, ana y ani me fueron a buscar. taxi directo a carlitos.

un clásico: medio panqueque de jamón crudo, queso, tomate y palmitos y medio de dulce de leche con azúcar quemada de postre.

después, fuimos al hotel. ya era tarde y estábamos cansadas.
nunca vi tantos estampados juntos. empapelado con edificios, sillones con flores, sábanas celestes con cuadraditos, toallas de todos colores, cuadros de caballos, de pájaros , de montañas nevadas.
la ducha, mínima, no apta para gordos.

sábado. desayuno en la playa.
me metí en el mar.
a veces, mi mamá y su amiga ana pueden ser realmente insoportables.
después de almuerzo ani y yo fuimos a la pile de solchu. después nos fuimos a bañar y cambiar para la cena.

comimos unas cosas riquísimas. la casa de papi es muy linda, bastante retro, con un desnivel redondo en el medio y una chimenea cónica.

después de brindar en el jardín, cruzamos al bosque y fuimos a la playa.

caminamos por la orilla y fuimos a encontrarnos con sol, die, maris y nico.

más tarde, ani y yo volvimos al hotel, con coca-colas y chizitos.