viernes, septiembre 29, 2006

chinatown

la casa era enorme y china, con escaleras y alfombras. después de comer subimos a un cuarto. “va a venir un chico a tirarnos el i ching”, me dijeron. se sentó enfrente mío y puso agua y tinta china en una bandeja de plata con figuras talladas. la tinta se movía. con un pincel empezó a dibujar mi cara en una hoja.
“seguí trabajando con la computadora”
hizo otro dibujo.
“lo de las drogas está dentro de la legalidad, no te preocupes.”
me dibujó por tercera vez, en un rincón de la hoja.
“estás enamorada”
empecé a llorar. bajé corriendo las escaleras hasta llegar al guardarropas.
en la cola, guadalupe s. y elizabeth calaio.
guadalupe se dio vuelta y me dijo “puse mi percha en el uno, ¿viste? es porque pasó justo un mes”. la gente caminaba por los pasillos, entre los jarrones y unas lámparas de cristal.
“yo no sé”, le contesté.

cuando nos dieron las cosas nos fuimos en el auto de meli, que era reversible, tomi y yo adelante y ella manejando desde atrás.

jueves, septiembre 28, 2006

como dormir y estar despierto

hace días que me siento demasiado contenta y no quiero dudar de si tengo razones. a la vez pienso, qué importa, digo, a quién le importa todo esto, para qué escribo. qué fiaca, al final no sé por qué tanta pregunta si igual no dejo de hacerlo y vuelvo a decir otra vez que estoy contenta y hay sol. es que la primavera me pone especialmente sensible y alegre al mismo tiempo. medio pelotuda, puede ser, pero es un buen estado, de los mejores. por otro lado, los jueves son días raros en los que un poco me fastidio y después se me pasa. hoy particularmente es un día de sol, después de una mañana gris y una noche con cena de despedida de la casa de la shama, brindis y motivos varios. me desperté muchísimas veces durante la noche. soñé que estaba sentada en una mesa de un bar con un chico, nos besábamos bajo una frazada. no me pude volver a dormir. cuando ya hubo luz, me levanté y prendí la tele: mostraban una plaga de langostas enormes y un incendio imposible de parar.

martes, septiembre 26, 2006

hoy estoy como un jet perdido entre las nubes sin señales para ver a dónde voy

más días de sol. las flores se van inclinando hacia acá. mucho para hacer esta semana. no sé si es real o sólo una conexión con las cosas otra vez. leer, escribir, trabajar. los últimos meses en palermo antes de la mudanza. cómo van a ser los días nuevos del trayecto monserrat-paternal. aunque no debería quejarme, no imagino nada muy bueno con tanto tiempo sobre un colectivo. al mismo tiempo, y aun con la certeza de la distancia que se aproxima, no puedo más que tener la sensación de que algo bueno y que probablemente no tiene nada qué ver con lo anterior está por pasar.

jueves, septiembre 21, 2006

pfffffffffffff -lo querés, lo tenés-

encima de que quiero huir de esta oficina, subo un post sobre la primavera y los recuerdos y el sol, spinetta y un veintiuno de septiembre en un muelle mirando atardecer, las olimpíadas en ciudad y todo eso y se cuelga esta cosa. así que chau. gracias por las flores, todo muy lindo. feliz cumple a mi papá. me fastidié, me voy a sesión con todo mi mal humor, mi mochila llena de cosas y la angustia que me da angustiarme por no poder hacer lo que se me da la gana.
y en la radio pasan loco mía. cualquiera.

ya llegó la primavera

alguien dejó flores en la oficina, las puso en agua, al lado de la compu, antes de que llegáramos. nadie sabe quién fue.después, almorzando con papá, me regalaron una rosa, y al volver acá, fresias y una iguana de colores. hay sol. creo que todos queremos irnos y hacer un picnic. estoy segura, no puedo ser la única con este día.
otros veintiuno. el mito de que siempre llueve, pero yo recuerdo uno en que nos encontramos en cabildo y juramento y fuimos a algún lado, no sé bien a dónde. sólo que atardecía y estábamos en un muelle y desde ahí veíamos el cielo con su capa gris, del lado del centro. me gustaría que estuviéramos ahí, pero ahora. o en las olimpíadas, caminando el campo de deportes de ciudad de una punta a la otra, rojos por el sol de todo el día, con el pelo sucio de la tierra que vuela. los últimos me cuesta más, uno en un bar en corrientes, los cumples de papá, alguna cena en una casa. el primero, en el kdt, juntando margaritas a los cinco años mientras tocaba celeste carballo. miro las flores, siento el sol en la espalda y quiero suspender todo ya, dejar la mochila en casa y salir a juntar margaritas, ver el atardecer desde el río, tomar un café en corrientes, o ir corriendo a ver a spinetta.

miércoles, septiembre 20, 2006

cuatro brazos, cuatro piernas

por la mañana pateo con fuerza algo que sobresale de una persiana metálica de un local de entre ríos. me duele tanto que me dan escalofríos. después se pasa y me olvido.
a la noche, saco una asadera del horno y me quemo el brazo. sigo cantando por la casa aunque algo duele. me voy a dormir, miro mi pie derecho, una cicatriz roja lo cruza en diagonal, miro mi brazo, el mismo dibujo se repite.
si algo quiere decir aún no sé qué. hablo con martín y le digo: por ahí estoy tan contenta que me golpeo. las sábanas limpias, la cama bien tendida y ahora, con algo de dolor en el brazo, es mediodía y escucho a spinetta cantar tres agujas, pienso en salir a leer a un bar, en ir a la pileta a la tarde y en que todavía me quedan otro brazo y otra pierna para golpear si hiciera falta.

todo siempre se podrá elegir

de pronto es como si las cosas se hubieran puesto de acuerdo. las cosas tienen movimiento. hace calor, camino sola, me río y canto. llego a la trastienda. me siento en una mesa. él está de buen humor, hace chistes.
felicidad. creo que voy a salir volando en cualquier momento.

cuidado, laura va.

domingo, septiembre 17, 2006

ahora

había una fiesta y estaba lleno de gente. en las escaleras, en los balcones. hasta que todo se empezó a mover. las cosas se iban cayendo. le grité a mi hermano que no se apoye en la baranda. bajamos corriendo y fuimos hasta un árbol mientras todo se caía. pensé en ir hacia el otro lado, pero era una isla y sólo había agua. nos agarramos al árbol con fuerza mientras la casa entera se derrumbaba detrás nuestro.

abrí los ojos y el sol no había salido, me di vuelta y me dormí otra vez.
más tarde, el cielo celeste, ni una nube, nada de sombra, sólo la sensación, una vez más, de que el mundo se puede derrumbar en cualquier momento.

miércoles, septiembre 13, 2006

postales

mediodía. caminás a comprar el almuerzo. ves salir a tu ex novio de la puerta de su casa. justo al lado, pintan el toldo de un negocio nuevo. muchos colores y el nombre en letra de imprenta “te deseo alegría”



sábado. -no creer en nada después de las 3 am- madrugada.
“no te conozco pero te amo”.


domingo, tarde. tres chicas arrojadas en reposeras. llega una cuarta y se dispone a atravesar la ciudad para ver una muestra de fotos.
-quiero esa voluntad, ¿dónde la venden?
-en alemania.


-hagamos una dieta al mismo tiempo, así nos damos ánimos.
-dale, cada una pone un peso y fijamos una fecha para llegar.
-perfecto, ¿pero para qué queremos los dos pesos?

lunes, septiembre 11, 2006

septiembre

nueve de la mañana. domingo de primavera y aire. desayuno con mamá y libros, almuerzo en la terraza. dos meses sin cigarrillo. atardecer al borde de la pileta comiendo brownies con porro y tomando champagne. hay olor a jazmín. todavía estoy colgada. me desperté a las 1030 y me subí a un taxi. descolgué la ropa por si llueve, manoteé un yogur bebible y acá estoy. ahora, los ojos cerrados, la sensación de me fumé un bosque, de quiero estar en un bosque, o una playa, la arena que quema la planta de los pies, el mar que adormece, las glicinas se mueven suaves en el viento sobre la pileta. ayer la luna estaba amarilla y enorme, entre dos cables de la luz, la vi subir despacio hasta el medio desde mi ventana. hoy está nublado, el calor sigue, el sueño de que por favor no sea lunes, que no sea, que no.

jueves, septiembre 07, 2006

más rápido

de la compu que no anda a esta caja plateada que pareciera mejor pero no tanto, porque aún no puedo abrir nada, ni el msn, ni un mínimo archivo de word. hoy temprano, muy temprano, ya era de día y los bomberos corrían primero cerca de congreso, después por palermo, un accidente, el 168 incrustado en un edificio, tres autobombas, siete u ocho ambulancias. la casa es linda, el piso de madera y el consultorio amplio, mientras hablo espío los libros, distingo varios benjamin, un stendhal, le petit robert. tres años en 50 minutos, me falta el aire. hace días que me falta el aire. que tenga libros libros me parece bien. después, el resumen hace aparecer ciertas cosas que no es que sorprendan, sino que reafirman su importancia, como si eso hubiera causado esto. ¿pero qué es esto? no sé.
por ahora una nube con una forma que todavía no se parece a nada.