jueves, enero 05, 2006

detrás de un vidrio

ayer llegué a lo de la abuela y subí.

toqué el timbre arriba y esperé.
me quedé ahí, quieta en el palier de entrada que vi mil veces, escuchando apenas vibración del vidrio esmerilado que lo separa del living.
otra vez el timbre, ese sonido que siempre me encantó de chica.

si ponés una mano sobre el vidrio ya no tiembla.

está flojo para que no se raje.

silencio.

me preocupo y busco el celular. adentro, escucho el teléfono.
mi abuela atiende desde la piecita azul, la del fondo. está viendo la tele, pensó que nos encontrábamos el jueves.

me abre. le traje unos aros lindísimos. se los prueba y se los deja hasta que lleguen las chicas, así se los muestra.

después llegan pau, maia y ceci.
charlamos mucho, la abuela nos cuenta como fue su compromiso.

"ahí te ponías el anillo, había fiesta con cena, baile, todo. yo me había hecho un vestido verde, precioso, no sé por qué no lo guardé, todo bordado... y bueno, al año me casé con salo. pero era así, había que hacer todas esas cosas, no como ahora. igual yo no estuve mucho tiempo de novia antes."

más tarde vamos al velorio del abuelo de meli. loyola y algo, en mi cabeza no quiere decir nada hasta que alguien dice "y darwin".

y sí, es ahí, en el mismo lugar donde velaron a salo y supongo que a muchísimos otros zeides. vuelvo a subir la escalera y a ver esos azulejos medio de hospital, abajo está el bar, en la esquina hay una pizzería, ¿no? ¿dónde era la pizzería?

hacía frío, yo tenía el saco marrón y lloraba frente a una pizzería, estoy segura, pablo intentaba explicarme que no estaba de acuerdo con los velorios y yo no entendía de qué me hablaba, por qué se quería ir.

nos quedamos charlando arriba, somos muchas, como siempre. mis amigas.
"yo ya estuve acá", dice juli.

salimos y tomamos un taxi. llego a lo de darío bastante triste, todo se mezcló, mi abuela que no contestaba el timbre, su compromiso con el zeide, el abuelo de meli, el lugar de los velorios de amia, la abuela de meli sentada con sus amigas, triste pero fuerte, la sensación horrible de que algún día no voy a volver a escuchar el zumbido del vidrio esmerilado.

3 comentarios:

moret dijo...

se me estrujó un poco el corazón. quiero verte pronto nenis. te extraño!

JB dijo...

ay, toy sensible y casi lloro...te quiero, amiga.

ah, y me olvidé de comentarte lo bien que nos cayó dario pero creo que ya lo hago en persona

besi

marina k dijo...

qué lindo post.
las abuelas, los zeides, los velorios...

un beso.