el viernes no fui a la pileta.
merendé en lo de juli, de despedida.
el día estaba frío y lluvioso.
después, fui a cenar con hernán y sol al cantón.
pese a que me prometí no volver jamás, de pronto estábamos los tres en un taxi rumbo a un restaurant peruano en el abasto donde ahora hacen maldita ginebra.
también había decidido no beber y acostarme temprano, pero llegó elizabeth y luego edwards y finalmente ya había tomado bastantes cervezas mientras escuchaba a hernán que resultó ser un gran cantante de boleros. y bueno, al final me subí al escenario y leí y llegué a mi casa casi a las cuatro de la mañana, un poco borracha y el sábado no fui a danza aérea, ni limpié, ni lavé ropa.
sólo cociné, almorcé con analuz y fui a la fundación proa y a tomar el té a puerto madero con mi mamá y su amiga ana.
y a la noche una fiesta en una especie de galpón. hacía mucho frío y también tomé mucho.
y todo lo que pensaba hacer el domingo se redujo a dormir y sentirme mal. pero mal en serio, horrible. así, por intervalos hasta hoy a la mañana.
me quedan dos opciones:
o dejo de prometerme cosas que no puedo hacer
o empiezo a tomar menos.
lunes, julio 18, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
dejar de prometer, mejor
morder!
Publicar un comentario