miércoles, septiembre 14, 2005

martes 13

el día pasó tranquilo, trabajo, taller y natación. el tema es que fui a la pileta a la noche, para aprovechar y bañarme ahí porque no me anda bien el calefón. logré convencer a pau y sol de encontrarnos a las nueve y media en el vestuario, un programa chino, sí. todo venía muy bien, hasta que la profesora dijo: “se rompió la caldera, hoy no van a poder bañarse”, “nooooo, ¿cómo puede ser? yo vine a usar la ducha, esto no es amor al deporte”, comenté. claro, a todos les pareció muy gracioso, salvo a mí que tendría que irme a casa con el cloro a cuestas.
y nadar me encanta, pero el cloro me da una alergia que me hace estornudar por horas.

entonces, como salía agua de las duchas, tratamos de bañarnos igual.
al principio todo era normal, pero después empecé a sentir que me iba cocinando de la cabeza a los pies, salía un humo impresionante de las duchas.

para terminar el día: enjuagarse la cabeza con agua helada en la bacha, y volver a casa a meterme en la cama y ver las invasiones bárbaras.

el medio vaso lleno: a la mañana me había olvidado el almuerzo en la cocina, así que fue como si alguien me hubiera dejado la cena preparada.

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