la ventana del baño da al patio de un jardín de infantes.
en verano pusieron una pelopincho. y se podía ver a los nenes jugando en agua, escuchar las canciones y los chapoteos.
después, al lado del patio, comenzaron a construir un edificio. a medida que fue creciendo, se hacía más complicado tener la ventana abierta, los obreros ya estaban a la misma altura que el espejo.
lo más lindo era verlos trabajar en los días nublados, los cascos amarillos sobre la gran estructura gris.
ahora ya hay un edificio, una enorme pared blanca y compacta.
me pregunto si su sombra se proyectará sobre el agua el verano que viene.
viernes, abril 15, 2005
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