siempre es difícil empezar algo, digo, tengo que pedirle permiso al silencio, escribir algo que valga la pena. el silencio me gusta, es misterioso, suave, blanco. y ahora que escribo lo siento llegar con más fuerza.
hoy estoy triste. tengo una tristeza inmóvil que cubre todo. quisiera ser muy joven otra vez. quisiera que todos estuvieran cerca. tal vez por eso hago esto, para hablar con juli y tiago, para que nos encontremos en este espacio. los extraño. demasiado.
tal vez sólo lo haga para deshacerme de algunas cosas, dejarlas acá como cuando tiro el bolso y las llaves en el sillón, apenas entro en casa.
volví al trabajo después de dos semanas de vacaciones. llegué tranquila, despejada, bronceada. buenos aires en enero es linda y solitaria, uno de mis momentos preferidos del año. hay una extraña comunión entre los que quedan acá. pocas cosas para hacer, es perfecto para tomar cerveza y charlar con amigos.
pablo me dijo que quiere vender la heladera. me pegó muy mal, ponerme a pensar en conseguir una heladera con este calor no es lo mejor que me podía pasar. ni siquiera tengo ventilador y mi plan era comprar una video en cuotas.
en fin, él cada vez me resulta más extraño. la gente es rara, los encuentros entre la gente son raros. la vida lo es.
por momentos creo que debería encerrarme a escribir.
quiero ser feliz y despreocupada.
lunes, enero 24, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
he encontrado tantas cosas en común contigo. lamentablemente si tú vas a mi blog (abandonado) probablemente no te suceda igual. y es que este tipo de escritura la reservo para las cartas. quizás por eso mismo es que he abandonado el blog.
tengo como 10 cuentas de correo. trabajo en una revista y durante años he editado libros por centavos. a veces quisiera ser muy joven. y quiero a mis amigos como pareces quererlos tú.
me he reído leyendo. solté hace poco una carcajada con aquello de que habías cerrado la puerta abierta.
te seguiré leyendo.
ah, y sobre todo, por momentos creo que debería encerrarme a escribir. y como nunca he logrado hacerlo, es un motivo de intermitente angustia.
Publicar un comentario