estamos aburridos.
nos sentamos en un sillón y hablamos de cualquier cosa.
-en el acuario, en la parte de río, había peces muy lindos y también estaba la vieja del agua. parece un submarino pinchudo y feo. un pez prehistórico.
-sí, yo pesqué alguna. es lo peor, las tenés que tirar al agua de vuelta.
-no se comen, ¿no?
-no, no. cuando pescás una es un fracaso. yo saqué varias.
-¿vos pescabas?
-sí, pero dejé cuando conocí a tu mamá.
-aaah, ¿a ella le parecía mal?
-no. en realidad, no sé. recién nos conocíamos y yo vendí mis tres cañas para invitarla un fin de semana a mar del plata.
lunes, noviembre 14, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
qué linda manera de abandonar la pesca.
ahora bien, ¿siempre tendremos que dejar algo atrás para obtener lo que queremos?
bueno, no sé si esa es la idea del post. a veces es mejor ni buscar las ideas.
te mando un beso grande,
tiago
me encanta como está escrito esto!!! es muy rico, aún en la inutilidad total de su contenido. la idea no es lo que se resigna. es más una pequeña demostración de como la experiencia creativa recorta cosas de aquí y allá para crear su propio universo.
después sigo leyendo más.
coincido con emvac,el gesto de renunciamiento del amor... es aterrorizador y hermoso a la vez
perro de aguas,
me gusta mucho el tono de todo lo que contás. hay algo de desolación que leo en varios de tus post. algo fuerte.
saludos
LM
a la mierda! eso es A-M-O-R
Publicar un comentario