la casa era enorme y china, con escaleras y alfombras. después de comer subimos a un cuarto. “va a venir un chico a tirarnos el i ching”, me dijeron. se sentó enfrente mío y puso agua y tinta china en una bandeja de plata con figuras talladas. la tinta se movía. con un pincel empezó a dibujar mi cara en una hoja.
“seguí trabajando con la computadora”
hizo otro dibujo.
“lo de las drogas está dentro de la legalidad, no te preocupes.”
me dibujó por tercera vez, en un rincón de la hoja.
“estás enamorada”
empecé a llorar. bajé corriendo las escaleras hasta llegar al guardarropas.
en la cola, guadalupe s. y elizabeth calaio.
guadalupe se dio vuelta y me dijo “puse mi percha en el uno, ¿viste? es porque pasó justo un mes”. la gente caminaba por los pasillos, entre los jarrones y unas lámparas de cristal.
“yo no sé”, le contesté.
cuando nos dieron las cosas nos fuimos en el auto de meli, que era reversible, tomi y yo adelante y ella manejando desde atrás.
viernes, septiembre 29, 2006
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1 comentario:
qué raro, pintó tu cara y vió tu corazón
pañuelos para las lágrimas! beso
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