viernes, noviembre 16, 2007

y al final hay recompensa

ayer fuimos a ver a soda stereo.
los había visto por última vez en el invierno de 1991, gratis en la 9 de julio.
había muchísima gente esa vez, gente subida a los toldos metálicos de los bares, a las paradas de colectivos, a los carteles.
las cosas se rompían con tanto peso.
fui con mi mamá. la multitud me dio miedo y me quise volver a mi casa.
tenía 14 años.

ayer hacía un frío de locos. nos abrigamos, tomamos cerveza y bailamos y cantamos toda la noche.
había muchísima gente, aunque no tanta como en la 9 de julio.
no me dio miedo, no estoy en buenos aires, ni fui con mi mamá.
la gente ahora prende celulares en vez de encendedores. en el 91 eso todavía no pasaba y yo no había besado a ningún chico. tampoco había probado el cigarrillo, ni me había enamorado y no comía tomate ni palta ni tomaba cerveza. no me acuerdo si la noche era fría, ni si me gustaba alguien ni qué hice cuando me fui del recital.
pero me acuerdo perfectamente de ayer a la noche y no tengo dudas: la vida se va poniendo más buena.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sin duda.

Anónimo dijo...

el pasado es cosa de arqueólogos.

JB dijo...

lo único es que en el 91 sólo podías tener 13!!!

y sí, la vida se va poniendo mejor...aunque a veces hace agua!

Anónimo dijo...

es verdad, tenía trece y estaba en 1er año. bueno, peor aún. mucho peor, jejeje.
caro, manú y juli, besos mil para los tres.