miércoles, marzo 29, 2006

no quiero estar enero en pinamar

hace una semana, llegué de mis segundas vacaciones.
nueve días en un súper apart en mar de las pampas a un precio absurdo, menos que lo que saldría un camping.
algo así como estar con tres amigas en un spa, pero un spa en el que engordás como un chancho.

la rutina iba más o menos así: levantarse alrededor de las ocho, nueve de la mañana y pedir el desayuno, desayunar, ir a la playa y estar tiradas cual morsas, intentar leer mientras alguien habla, almorzar en el parador, volver a tirarse, tomar mate con galletitas en las reposeras al lado de la pile, intentar leer, poner un dvd y acostarnos en la cama con una "frazadita", hacer una picada, intentar leer algo, ver la novela echadas en la cama, cenar, ver otro dvd, intentar leer en el silencio de la noche y quedarse dormida antes de la una de la mañana.

en los tres días de lluvia reemplazar "playa" con "pintar con acuarelas, papel glacé y brillantinas".

un deporte muy en boga esta temporada fue la generala y su compleja variante "el obligado". y también, de alto riesgo, el nado de ballena en la bañadera llena de sales y espuma.

2 comentarios:

marina dijo...

qué suerte que volviste! no sabía que estabas de vacas II. qué era lo que intentabas leer?
beso,
m

perro de aguas dijo...

intentaba leer rojo y negro, pero imposible con lo que hablan mis amigas!!