ayer conocí al hermano de luca. su disco me gusta, se lo robé a fede hace muchísimos años, o me lo dejó, no me acuerdo. ahí hace todo con la voz. me abrió la puerta con su beba en brazos. una nena hermosísima. le dije: sos muy linda, no puedo creer esos ojos... y se rió. a andrea le gustaron mis guantes verde flúo. hablan igual, es increíble, se me llenaron los ojos de lágrimas. doblé por chile hasta entre ríos. en una ventana sonaba ”el amor es más fuerte” . hace un mes que no fumo y una semana que no como caramelos compulsivamente. para festejar, el miércoles me armé un súper porro y miré annie hall. ayer con pau, maru y die nos tomamos el absynthe que me trajo papá. odio esperar a que sea “una ocasión especial”. ¿quién decide cuándo? compartimos galletitas, absynthe, vodka y porro, nos reímos, están en el top ten de la gente que más quiero. después, sentada en la oscuridad de mi cuarto sobre un almohadón y con el caloventor enfrente, hay pocas fuerzas para abrir la cama y acostarse. pienso en lo que pasó en el día y todo se vuelve raro. digo, ¿por qué estoy sentada acá? y no sé, pero me quedo igual.
hoy hay fiesta de disfraces de personajes de películas, goli y yo vamos de mi madre es una sirena. no te amo tanto ya winona. o sí. la azalea está floreciendo y hay medias de todos colores en mi patio. cuarenta minutos hablando con willy, tengo el cerebro quemado, cinco llamados, uno tras otro. “si es bueno, enamórese, mire que hay pocos. y venga con él a verme tocar”, me dijo. “si no, la invito a cenar, aunque yo soy insoportable”.
iba a decirle que yo también, pero preferí prometerle que lo tendría en cuenta.
viernes, agosto 11, 2006
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